La Audiencia de Lleida en noviembre del 2018, condenó a dos hombres por abusos en vez de agresión sexual; a pesar de que la víctima lloró, dijo no y pidió que parasen.
Según dicho tribunal, los agresores no tuvieron una actuación violenta e intimidatoria, pues la agredida, bajo los efectos del alcohol y ansiolíticos, no gritó, ni se resistió. De aquí proviene el título del cortometraje “Decir No". A día de hoy, decir no todavía no es suficiente. La sentencia les impuso una indemnización de 7.000 € a cada uno y cuatro años de cárcel. En palabras del abogado de los agresores, Agustín Martínez, que por cierto defiende a algunos miembros de "la manada": "Mañana mismo pediré la libertad para ambos, con una condena de cuatro años ya pueden salir a la calle”.
Ante sentencias así, empecé a leer noticias sobre familiares que se toman la justicia por su mano. A preguntarme cómo una familia gestiona ese desamparo por parte de la justicia; como superar ver al agresor de tu hija en la calle. Cómo es posible que después de saber lo que hayan hecho, familiares y amigos de los agresores les defiendan. Que salgan en la televisión hablando de los buenos chicos que son, que la culpa será de la chica. Incluso a algunos les hicieron un club de fans.
Estamos locos. La sociedad está loca. Y eso es lo que quise plasmar en el cortometraje. Una familia que ante la injusticia pierde la cabeza y quiere aplicar su justicia. Podría ser hasta comprensible. Pero la reflexión a la que pretendo llegar es que no se puede vivir con rencor eternamente. Puede no haber perdón, pero ¿cómo pasar página sino hay justicia?
Copyright © 2021 Decir No - Un Cortometraje de Sonia Reoyo